El diario Información de Alicante ha publicado un extenso reportaje sobre el piso de acogida que La Salle, a través de la fundación La Salle Acoge, ha habilitado en Alcoi para albergar a jóvenes en riesgo de exclusión social.
Os transcribimos la noticia publicada en el diario alicantino y adjuntamos el pequeño vídeo que acompaña a la noticia. Gracias a Cristina Serrano y a Juani Ruiz por hacerse eco de nuestra labor social y dar a conocer a todos el trabajo que La Salle Acoge hace por todos estos jóvenes.
El reportaje:
Alcoy da una segunda oportunidad a adolescentes que se ven obligados a emanciparse
La Salle abre un piso para jóvenes en riesgo de exclusión que cumplen la mayoría de edad y deben abandonar los centros de menores
Inserción social. La Fundación La Salle Acoge habilita en Alcoy una vivienda de emancipación para albergar a esos adolescentes que al cumplir la mayoría de edad se ven obligados a abandonar los centros de menores en los que residen.
Gracias a esta iniciativa, tienen una segunda oportunidad para decidir qué
estudiar, buscar empleo y encauzar su vida reintegrándose por completo en la sociedad. Ahora lo ocupan dos chicas y un chico.
Cuando te falla lo que para la mayoría es lo más importante, la familia, y celebras tu 18 aniversario abandonando el que hasta ese momento ha sido tu hogar…, es en ese justo instante cuando entra en juego la Fundación La Salle Acoge, una entidad sin ánimo de lucro dispuesta, entre otras cosas, a dar una segunda oportunidad a estos jóvenes con la puesta en marcha de pisos de emancipación.
Hasta ahora había en Palma de Mallorca, en Paterna y en Benicarló -uno en cada municipio-, y desde hace poco se ha sumado otro en Alcoy. Es el primero que la fundación ha abierto en la provincia de Alicante, y cuenta con el apoyo del Ayuntamiento alcoyano y de la Conselleria.
Los jóvenes que acogen provienen del Centro de Acogida de Menores (CAM) Altea o Centro de Acogida «El Teix» de Alcoy. Todos ellos se han visto obligados a abandonar las instalaciones tras cumplir 18 años, por ello todos los que han pasado hasta la fecha por el piso de emancipación tienen en común que «llegamos el día de nuestro cumpleaños», explica Emi García, una de las dos chicas que vive en él.
Nació en València, pero vive en Alcoy desde que los 7 años. Lleva tres meses compartiendo casa y nuevas experiencias con Lorena de Souza e Ilyes Khorchef en un piso con capacidad para cuatro personas. El coordinador del proyecto y profesor de La Salle, Rafa Carbonell, explica que están esperando que se incorpore otro chico que seguramente llegará a final de mes.
Durante su paso por el programa cuentan con un tutor personal, así como con la ayuda de otros profesores y padres del colegio que se ofrecen voluntariamente a colaborar en la reinserción de estos jóvenes en la sociedad. Les ayudan con las tareas del hogar, les enseñan a cocinar, a organizar las tareas, a comprar y a realizar trámites administrativos de todo tipo.
En el caso de Ilyes Khorchef la situación es más compleja, porque partió de Orán (Argelia) en septiembre de 2017, dejando allí a su familia. Su situación en estos momentos está regularizada de forma provisional gracias a la ayuda de los voluntarios de la Fundación La Salle Acoge, pero Carbonell reconoce que «no es nada fácil, todavía hay muchos trámites por hacer».
No quiere salir en las fotografías porque asegura ser «muy tímido». Pese a ello, no le cuesta contar que llegó hasta la costa de Almería en patera junto a otras 17 personas, que tardaron seis horas en realizar el trayecto y que pasó «mucho miedo, sobre todo por mi madre. Ella no sabía que venía a España».
Es el pequeño de siete hermanos y uno de ellos ya realizó el mismo periplo hasta llegar a Bélgica, donde hoy en día vive. Desde Almería consiguió trasladarse a Murcia y después a Alicante. Allí vivió con unos conocidos hasta que la policía lo llevó al CAM de Altea.
Conseguir trabajo
La Salle Acoge le dio en noviembre del año pasado la oportunidad de empezar una nueva vida en el piso de emancipación de Alcoy y está estudiando peluquería, algo que le apasiona. Hasta el momento no ha conseguido trabajo, pues su situación legal lo dificulta, y es la fundación la que lo mantiene.
El caso de Emi y Lorena es diferente. Ellas tienen una paga que les concede el Estado por su situación de desamparo y con ella compran todo aquello que necesitan, como libros y material para sus estudios.
Emi esta cursando un ciclo de Formación Profesional de Servicios Comerciales en los Salesianos de Juan XXIII, y Lorena cursa Diseño Gráfico en la Escola d’Art i Superior de Disseny d’Alcoi. A la primera no le termina de gustar lo que está haciendo, e insiste en que le gustaría probar otras cosas, mientras que a la segunda le encanta y desearía dedicarse a ello cuando finalice los estudios.
«Tienen total autonomía, pero intentamos que hagan vida en común», por ello, explica Carbonell, «Emi, que va a clase por la tarde a diferencia de sus compañeros, come sola, pero deja la comida preparada para el resto». En la cena sí coinciden y los sábados van a hacer la compra juntos.
«No nos ha costado adaptarnos porque todos venimos de convivir en otros centros», aunque, según reconoce Lorena, «al principio es raro». Por su parte, Emi está muy agradecida, ya que «esto es una salida, porque sino qué sería de nosotros». Para Ilyes la convivencia tampoco supone ningún esfuerzo después del cambio de país y cultural.
Excepto Ilyes que no tiene ingresos, el resto pagan 50 euros de alquiler, una cuantía simbólica para que empiecen a familiarizarse con las responsabilidades cotidianas, y aunque no hay un plazo establecido para estar en el piso, todos quieren terminar sus estudios y empezar a trabajar para emanciparse de verdad.
Un reportaje de Cristina Serrano para el diario Información de Alicante