Las criaturas silenciosas han venido a nuestras clases del primer ciclo para quedarse.
Viven en un frasco insonorizado y solo salen cuando estás concentrado. Los ruidos fuertes lastiman sus oídos, pero susurrar está bien. Les encanta sentarse en los escritorios de los alumnos para observar y aprender de todo lo que hacen estudiantes.
Es una manera divertida con la que aprender a estar en calma en los momentos que requieren concentración.